miércoles, 8 de agosto de 2007

La Señora Gorda.


La semana pasada estaba en el andén de la estación de Merlo esperando el tren. Una vez que llegó, las puertas se abrieron. En ese momento y a mi izquierda, había una señora gorda con tres chicos, quien se puso delante de los pasajeros que querían bajar del tren. Como es habitual, hubo un intercambio de insultos. Más allá de eso la señora ingreso al tren arrastrando rápidamente a sus hijos, con el objetivo de conseguir un lugar para sentarse. No pude evitar un sentimiento de bronca hacia la mujer, detesto que las personas se comporten de esa manera. La observé a lo largo del recorrido, hasta que de repente me preguntó en que estación estabamos. A partir de ese momento la bronca disminuyó. La áspera ternura que la mujer depositaba en sus hijos y la forma en que les hablaba y los protegía, me hizo acordar de la señora vieja, de caderas anchas del libro "1984" de Geoge Orwell, quien cantaba mientras colgaba la ropa. De alguna u otra manera logró enternecerme. En el libro, esta señora vivía en las zonas proletarias, aislada tanto ideológica como territorialmente. Sin embargo ella era felíz, ajena a toda guerra y situación actual del país, cantaba mientras tendía la ropa, aún sabiendo que dificilmente sus hijos fueran a comer el día siguiente.
Y con respecto a esto (estar ajeno, no ser consciente), me pregunté si la señora era la que estaba haciendo daño al atropellar, sin modal alguno, a los pasajeros del tren. Y empecé a esbozar la idea de que la actitud de la señora no era tan terrible, sinó que había algo mucho peor, en lo cual la señora está sumergida. Para citarles un ejemplo puntual, me pareció que era mucho más salvaje y agresiva la contaminación audiovisual, producto del exceso de publicidad. Un proceso en el cual constantemente y sin pedirnos permiso, nos dicen lo que tenemos que comer, vestir, como tenemos que viajar, etc. Lamentablemente, si no seguimos estos "consejos" quedamos automaticamente marginados de cierto nivel social, de cierta calidad de vida.
Es decir que somos a partir de la imágen que nos es generada. Una persona se "diferencia" de las demás a partir de lo que consume. A partir de ahi, personas como la señora gorda, se frustran por no poder comparle Coca Cola a sus hijos, de no comprarle cierto tipo de ropa, etc.
Desgraciadamente, eso es lo que buscan los que tienen el poder para difundir los conceptos culturales del consumo social. Desilusionando a gran parte de la gente, que ve imposibilitado el acceso a ciertos productos, que conforman la "cream" del mercado.
Imposición violenta, disfrazada de ... ¿Una publicidad interesante? ... ¿Linda?...¿Con onda?, quizás. Quizás parezca un poco exagerado por llevarlo al extremo, es verdad, puede ser. De lo que estoy seguro es que la señora gorda, sería totalmente diferente si esta competencia salvaje por "pertenecer", fuera frenada. Se necesitaría pensar en qué es lo que nos está haciendo mal, porque la educación y los buenos modales pasan a un segundo plano, porque preferimos vivir en un clima de hostilidad aún cuando la culpa de aquellas hostilidades son producto de algunos seres despiadados que viven de hacer daño a la gente.
¡Solo pensar nada más!

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